Uruguay ante la OCDE: soberanía, desafíos y posibles estrategias
- Fernando Belhot

- 27 ago
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Un país pequeño como Uruguay tiene menos margen de maniobra que los Estados grandes y desarrollados para enfrentarse a la OCDE. Sin embargo, conviene recordar que Uruguay es un país soberano y no está obligado a aceptar sus normas ni imposiciones, ya que no es Miembro Pleno de la organización.
Es cierto que la OCDE dispone de mecanismos de presión, como la inclusión en listas negras y grises, que generan costos reputacionales y financieros. Ya en el pasado Uruguay sufrió estas sanciones unilaterales y no tuvo más remedio que adaptarse. El problema es que la OCDE parece no reconocer límites y con frecuencia desconoce la soberanía de los Estados al imponer nuevas exigencias.
Actualmente, la organización ha vuelto a ejercer presión sobre nuestro país, exigiendo una mayor flexibilización del secreto bancario y la información tributaria, pilares de la tradición uruguaya en materia de confidencialidad y debido proceso.
La necesidad de una estrategia de defensa
A mi juicio, Uruguay debería desarrollar una estrategia de defensa firme pero inteligente, que evite un rechazo frontal poco eficaz dada nuestra limitada influencia internacional. Algunas posibles líneas de acción:
Negociar gradualidad y plazos Lograr que las imposiciones de la OCDE se adapten de forma progresiva a nuestro ordenamiento jurídico.
Alianzas internacionales Coordinar posiciones con países pequeños o medianos para actuar en bloque y obtener mayor poder negociador.
Reforzar la imagen país Destacar que Uruguay es un Estado de Derecho, con una trayectoria seria y cumplidora de sus compromisos comerciales y financieros.
Diversificación de relaciones exteriores Profundizar vínculos comerciales y culturales con EE.UU., China, India y otros bloques, para reducir la capacidad de coerción de la OCDE.
Posicionamiento frente al plan BEPS y al impuesto mínimo global del 15% Uruguay debería ejercer su soberanía y rechazar la imposición de este tributo, tal como lo hizo Estados Unidos, sin recibir sanciones por parte de la OCDE.
Registro de beneficiarios finales Negociar una fórmula intermedia que permita mantener un registro, pero con acceso limitado exclusivamente a autoridades fiscales y judiciales.
Zonas francas y regímenes especiales Uruguay ya ha avanzado en materia de sustancia económica. Podría negociar una mayor flexibilidad a cambio de consolidar su posición como hub regional de servicios reales (tecnología, logística, farmacéutica).
Posicionamiento fintech Presentarse como un país fintech friendly, con regulaciones claras y transparentes, para atraer inversiones en innovación.
Credenciales de Uruguay ante la OCDE
Nuestro país cuenta con fortalezas muy valoradas a la hora de negociar:
Seguridad jurídica sólida.
Capital humano calificado y educación tecnológica.
Una marca país confiable, limpia y sostenible.
Conclusión
Uruguay no debe entregarse como un actor pasivo frente a las imposiciones de la OCDE. Es necesario apostar por la negociación inteligente, la gradualidad y la creatividad estratégica, aprovechando nuestras ventajas competitivas y reafirmando nuestra soberanía tributaria.



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